Empresas de sectores como energía, tecnología, manufactura, logística y agroindustria están redirigiendo su mirada hacia países latinoamericanos por su potencial competitivo, costos operativos razonables y su papel emergente en procesos como el nearshoring y la regionalización de cadenas productivas.
En este artículo le explicamos por qué América Latina representa una gran oportunidad para invertir en medio de la incertidumbre global, qué sectores y países lideran la transformación regional, los riesgos más comunes que deben tenerse en cuenta y cómo mitigarlos con el apoyo de asesores expertos.
América Latina cuenta con más de 660 millones de habitantes y según datos del McKinsey Global Institute la región alcanzará un consumo de US$6,9 billones en 2030, gracias a una creciente clase media joven, digitalizada y acceso al crédito. Esta transformación demográfica se traduce en una mayor demanda de bienes y servicios, creando un entorno atractivo para empresas que buscan mercados con potencial de crecimiento.
La región se está posicionándose como un punto clave en la transición hacia una economía verde y digital. Algunos de los sectores que están atrayendo más inversión extranjera incluyen:
Uno de los atractivos de la regios radica en que sus costos laborales están entre un 30% y 50% más baratos que en Europa según estimaciones del Banco Mundial, con una población joven y cada vez más capacitada en tecnologías y servicios globales. Esto permite a las empresas optimizar su estructura de costos sin sacrificar calidad, especialmente en industrias intensivas en mano de obra o servicios remotos.
Países como Colombia, Chile y Perú están invirtiendo en educación técnica y en programas de capacitación en competencias digitales, lo que está generando una base laboral alineada con las necesidades del mercado global.
El auge del nearshoring está posicionando a México, Colombia y República Dominicana como destinos ideales para relocalizar operaciones destinadas a EE.UU. y otros mercados clave. Con tiempos de entrega más cortos, menores costos logísticos y zonas horarias compatibles, las empresas pueden reducir su exposición a interrupciones en las cadenas de suministro globales.
De acuerdo con estimaciones de la CEPAL del 2024, la inversión extranjera directa ligada al nearshoring superó los US$35.000 millones en 2023, una cifra que seguirá creciendo en sectores como manufactura, logística, tecnología y servicios compartidos.
Aunque la región es heterogénea, varios países muestran indicadores sólidos:
Perú: Tiene una proyección de crecimiento del PIB del 3% para este año de acuerdo con el FMI, así como una inflación controlada y banca sólida.
Uruguay: Lidera los rankings de transparencia, estado de derecho y estabilidad institucional.
Chile: Mantenimiento del grado de inversión, entorno regulado y políticas proinversión en energías limpias.
América Latina cuenta con zonas francas, regímenes fiscales especiales y acuerdos comerciales como el T-MEC, Alianza del Pacífico, Mercosur y tratados bilaterales de inversión (BITs) que facilitan la operación y reducen riesgos tributarios.
Casos como el de Costa Rica, que ofrece exenciones fiscales de hasta 12 años en zonas francas para empresas tecnológicas, o Colombia, que brinda deducciones por I+D+i, son ejemplos del esfuerzo por atraer inversión productiva de la región.
Estos son los países que lideran la inversión internacional en la América Latina
Dada la dinámica de la región cada uno tienen sus propios riesgos que se pueden evitar o mitigar con la asesoría de expertos en negocios internacionales. Algunos de los principales inconvenientes son:
Debido a la inestabilidad geopolítica actual y la cual está redefiniendo las rutas de inversión global, indiscutiblemente América Latina emerge como una región de oportunidades concretas, con ventajas competitivas, sectores estratégicos en crecimiento y una posición clave para las cadenas productivas del futuro.
Sin embargo, el éxito de cualquier inversión en la región depende de la capacidad de adaptarse a su complejidad legal, fiscal, cultural y operativa. Por eso, contar con asesoría especializada y alianzas locales es fundamental para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la región.