Tras el confinamiento obligatorio que rige en el mundo por estos días, podemos observar que ya son varios los gobiernos que están reabriendo sus economías gradualmente, con el objetivo de recuperarlas, mientas intentan mitigar el avance del contagio del COVID-19.
Por ejemplo, en la ciudad de Wuhan en China (el epicentro del contagio), la población ya está realizando picnics al aire libre y bañándose en lagos. Así mismo en Noruega se reabrieron las escuelas para los más pequeños, quienes asistirán en grupos de máximo 15 alumnos.
Por su parte, en Dinamarca, aunque ya se abrieron las escuelas de primaria, continúan con los estrictos controles de distanciamiento social y lavado de manos, pues según lo afirma Mette Frederiksen, primera ministra danesa, "Un pequeño desliz en nuestro comportamiento individual puede tener un gran impacto en nuestro bienestar como sociedad".
En Francia, su presidente Emmanuel Macron, presentó su "estrategia nacional del plan de salida del confinamiento", la cual entraría en vigor a partir del 11 de mayo, con la polémica reapertura de las escuelas y guarderías. El mandatario afirmó que los bares, restaurantes y salones de eventos continuarán cerrados, ya que son espacios donde se congregan muchas personas. Este país planea salir del confinamiento paulatinamente y será de carácter obligatorio el uso de mascarillas de protección.
En el caso de Italia, donde han muerto 20.000 ciudadanos, su gobierno estableció un decretó que empezó a regir desde el pasado 3 de mayo, donde se permitirá la apertura de algunos negocios como librerías, papelerías, y tiendas de ropa para niños, mientras siguen en funcionamiento los lugares de primera necesidad como supermercados o farmacias.
Sin embargo y ante el escenario internacional que nos involucra a todos, El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirma que aún desconoce cuál será el alcance de esta crisis, que de acuerdo con lo manifestado por Kristalina Georgieva, su directora gerente, en su discurso Combatiendo la crisis: Prioridades para la economía global “Todavía afrontamos con una incertidumbre extraordinaria la profundidad y duración de esta crisis, pero está claro que es una crisis como ninguna otra”. La funcionaria también sostiene que esta será la peor recesión que ha vivido el planeta desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.
De esta manera podemos ver como las estrictas y largas cuarentenas que se han implementado en el mundo para proteger la salud de la población, los activos más importantes de una sociedad, han empezado a abrirse para apoyar la reactivación de los sectores productivos del mundo.