Brasil

Brasil atraviesa una fase de consolidación como potencia económica regional y destino prioritario para la inversión global, gracias a la combinación de estabilidad macroeconómica, reformas estructurales en marcha y una capacidad productiva difícil de igualar en América Latina. Su amplio mercado consumidor, la diversificación de su matriz exportadora, el liderazgo mundial en energías renovables y su posición destacada en agroindustria, minería y manufactura convierten al país en un polo atractivo para empresas que buscan escala, eficiencia y acceso regional. Paralelamente, la modernización del sistema tributario, el fortalecimiento regulatorio y el crecimiento de un ecosistema tecnológico vibrante impulsan un clima de negocios más competitivo y orientado a la innovación. Para los inversionistas internacionales, Brasil representa un entorno con activos estratégicos, oportunidades en sectores de alto rendimiento y un rol creciente en las cadenas globales de valor.
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PERFIL DE BRASIL

Descripción panorama económico del país

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Brasil se presenta como la puerta de entrada a América Latina y un destino estratégico para la inversión internacional. Su economía, la más grande de la región, combina un mercado interno masivo de más de 212 millones de habitantes, recursos naturales abundantes y un ecosistema productivo diversificado que incluye agricultura, energía, manufactura avanzada, tecnología y servicios.

El país ofrece oportunidades únicas para empresas que buscan consumo interno, exportaciones regionales e integración en cadenas globales de valor, apoyadas por políticas de incentivos fiscales, zonas económicas especiales y un marco regulatorio que fomenta la innovación y la inversión productiva. La combinación de capital humano, estabilidad macroeconómica y apertura comercial hace de Brasil un destino confiable y con alto potencial de retorno y crecimiento sostenible.

Brasil continúa consolidándose como la economía más grande de América Latina, gracias a su amplio mercado interno, la diversidad productiva y un entorno de inversión cada vez más atractivo para actores nacionales e internacionales.

Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), durante el 2024 la economía brasileña registró un crecimiento del 3,4%, la expansión más alta desde 2021, impulsada por los sectores de servicios, comercio y construcción. Este desempeño confirma la recuperación económica poscrisis y sostiene el atractivo del país como destino estratégico para inversiones productivas, comercio, consumo y desarrollo de infraestructura.

Brasil ofrece una de las bases de consumo más grandes del hemisferio, gracias a su abundante población, lo que lo convierte en un mercado doméstico clave para bienes, servicios, vivienda, tecnología y soluciones urbanas. Además, en 2025 la tasa de desempleo se ha situado entre el 6,2% y el 6,9%, una de las más bajas de los últimos años, lo que evidencia un mercado laboral más formalizado, estable y con capacidad de dinamizar el consumo interno.

Brasil presenta una estructura económica diversificada, con fortalezas en agricultura, manufactura, servicios, tecnología, construcción, energía y exportación de materias primas. Esta combinación permite una oferta exportable amplia, que incluye commodities, alimentos, productos industriales, bienes tecnológicos y servicios avanzados. La integración al comercio global, junto con una sólida demanda interna, posiciona al país como plataforma estratégica para empresas que buscan producir para el mercado doméstico, exportar a la región e integrarse en cadenas globales de valor.

A pesar de estos desafíos, Brasil mantiene ventajas estructurales únicas en la región: un mercado interno masivo, una economía diversificada, una base laboral amplia, industria y servicios desarrollados, infraestructura en expansión y apertura comercial estratégica. Estas condiciones lo convierten en un destino atractivo tanto para inversiones orientadas al consumo interno como para proyectos exportadores e industriales con visión de escalabilidad.

PERFIL DE BRASIL

Por qué invertir en Brasil

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Capital humano y competitividad: talento diverso, adaptable y con alto potencial de especialización

Brasil cuenta con uno de los mercados laborales más grandes y diversos de América Latina, lo que representa un atractivo estratégico para proyectos productivos, servicios globales, manufactura avanzada y operaciones de back-office. Una de las principales fortalezas del capital humano brasileño es su capacidad de adaptación, creatividad, resiliencia y habilidades socioemocionales, atributos altamente valorados en entornos globales, especialmente en sectores como tecnología, servicios digitales, industrias creativas y atención al cliente.

Sin embargo, el país enfrenta desafíos estructurales en materia educativa. Según la Confederación Nacional de la Industria (CNI), la calidad de la educación básica y la limitada oferta de formación técnico-profesional siguen siendo cuellos de botella que afectan la productividad industrial y tecnológica. Actualmente, solo el 9,8% de los jóvenes entre 18 y 24 años accede a la educación superior, lo que genera una brecha entre la demanda empresarial y la disponibilidad de talento especializado. A pesar de ello, el retorno de la educación superior es altamente atractivo: el Banco Mundial estima que el “wage premium” o prima salarial para jóvenes con título universitario supera el 144%, reflejando el valor del conocimiento especializado dentro del mercado brasileño.

Este escenario ha impulsado significativamente el mercado de formación continua, capacitación corporativa y desarrollo profesional. Se estima que el sector de upskilling y reskilling mueve alrededor de US$1.500 millones anuales, alimentado por la transformación digital, la automatización, el crecimiento del fintech, la industria 4.0 y la demanda de habilidades en tecnología, ingeniería, gestión y sostenibilidad.

Brasil ha mejorado posiciones en los índices globales de competitividad, especialmente en los componentes de innovación, adopción tecnológica e industria digital. Debido a la necesidad de mejorar y facilitar el acceso a la educación de la población, se abre una oportunidad interesante para inversión en formación avanzada, EdTech, centros de especialización, outsourcing de servicios profesionales y hubs de innovación.


Mercado interno masivo y altamente consumidor

Brasil ofrece una de las mayores ventajas estructurales de la región: un mercado interno amplio, diversificado y con gran capacidad de consumo. Con una población estimada de 212,6 millones de habitantes en 2024, el país se consolida como el mercado más grande de América Latina y uno de los más relevantes del mundo emergente. Esta dimensión demográfica no solo representa escala, sino también diversidad y potencial de crecimiento en múltiples segmentos de consumo.

La expansión de la clase media ha sido un factor clave: en 2024, el 50,1% de los hogares brasileños pertenecían a este grupo socioeconómico, lo que evidencia un avance en poder adquisitivo, formalización del empleo y capacidad de consumo de bienes y servicios de mayor valor agregado. Este proceso está acompañado por una recuperación del ingreso medio per cápita, que alcanzó uno de los niveles más altos en 12 años, favoreciendo la demanda en sectores como vivienda, salud privada, educación, servicios financieros, tecnología y comercio minorista.

Otro componente estratégico es la digitalización del consumidor brasileño. El país cuenta con un ecosistema digital robusto, con alto uso de Internet y telefonía móvil, lo que ha impulsado el crecimiento sostenido del comercio electrónico y los servicios digitales, consolidando oportunidades para fintech, plataformas educativas, logística, retail online y entretenimiento digital.

Este mercado interno representa una ventaja competitiva única para inversionistas: permite desarrollar proyectos con escala suficiente sin depender exclusivamente del mercado externo, disminuye riesgos derivados de ciclos globales y facilita la combinación de estrategias locales y regionales. Además, la urbanización, la transformación digital y el envejecimiento gradual de la población están generando demanda estable en sectores como infraestructura urbana, seguros, atención médica, vivienda, educación privada y servicios especializados.

Podemos que Brasil ofrece un mercado doméstico estructuralmente atractivo, con millones de consumidores activos, digitalizados y en expansión, capaz de impulsar modelos de negocio de largo plazo, respaldados por escala, diversidad y capacidad real de crecimiento.


Potencia agrícola, alimentaria y energética: una base estratégica para la inversión sostenible

Brasil se ha consolidado como uno de los grandes actores globales en la producción de alimentos, energía renovable y biocombustibles, combinando tres atributos clave para los inversionistas: escala productiva, seguridad alimentaria y liderazgo en energía limpia. Su extensa frontera agrícola, su clima diverso y su capacidad tecnológica lo posicionan como un proveedor confiable y competitivo para los mercados internacionales.

El país figura entre los tres principales exportadores mundiales de soya, carne bovina, azúcar, café, maíz y jugo de naranja, y ha alcanzado récords históricos en producción y envíos internacionales. Este desempeño no solo refleja su fortaleza agroindustrial, sino también la sofisticación de su cadena de valor, con crecientes oportunidades para inversiones en agrotech, logística de commodities, transformación alimentaria y producción de alimentos de alto valor agregado para abastecer tanto el mercado interno como el externo.

Al mismo tiempo, Brasil se ha convertido en una referencia mundial en energía renovable y bioenergía. Más del 85% de su electricidad proviene de fuentes limpias, hidráulica, eólica, solar y biomasa y es el segundo mayor productor global de etanol, con una industria madura y competitiva. La cogeneración a partir de biomasa, especialmente del bagazo de caña de azúcar, ha impulsado un ecosistema energético eficiente, diversificado y alineado con los estándares ESG que buscan los inversionistas internacionales.

Este entorno abre espacio para capitales en energías renovables, parques eólicos y solares, biocombustibles avanzados, hidrógeno verde, economía circular y soluciones tecnológicas basadas en sostenibilidad. Brasil ofrece una plataforma única para aprovechar el crecimiento de los mercados globales de alimentos sostenibles, combustibles limpios y energía descarbonizada, con ventajas competitivas difíciles de replicar en otros mercados emergentes.

Para los inversionistas, Brasil no solo ofrece recursos naturales y escala productiva: ofrece un ecosistema estratégico donde convergen agroindustria, innovación tecnológica, energía verde y mercados globales. Una combinación de resiliencia, sostenibilidad y capacidad exportadora que se ha convertido en el nuevo motor de atracción de inversión extranjera directa.

Ecosistema industrial competitivo y desarrollo tecnológico

Brasil ha evolucionado de ser una economía basada principalmente en materias primas a consolidarse como uno de los ecosistemas industriales y tecnológicos más dinámicos y sofisticados de América Latina. Su capacidad para combinar manufactura avanzada, innovación, talento técnico y un mercado interno robusto le ha permitido posicionarse como un hub estratégico para la producción de alto valor agregado y servicios tecnológicos exportables.

El sector industrial brasileño abarca segmentos robustos como el automotriz, aeronáutico, farmacéutico, químico, maquinaria y bienes de capital, que operan bajo cadenas productivas integradas, infraestructura logística y presencia de multinacionales. El país también ha desarrollado polos tecnológicos de relevancia internacional como son São Paulo, Campinas, Curitiba, Belo Horizonte y Florianópolis, donde convergen universidades, centros de investigación, startups y grandes empresas. Estos hubs han dado origen a más de 13.000 startups y un número creciente de compañías unicornio, especialmente en segmentos como fintech, healthtech, logística inteligente, agrotech, edtech e industria 4.0.

El mercado de tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) representa cerca del 7% del PIB nacional, impulsado principalmente por la digitalización empresarial, la adopción de inteligencia artificial, big data, ciberseguridad y automatización industrial. Asimismo, Brasil cuenta hoy con más de 800 empresas deep-tech, dedicadas a la investigación científica avanzada, enfocadas en biotecnología, energías limpias, materiales innovadores, salud y soluciones para el sector agroindustrial.

Este ecosistema industrial-tecnológico se fortalece por un mercado interno de gran escala, con empresas que además de producir para abastecer a los consumidores nacionales, también para exportar y participar en cadenas globales de valor. La presencia de centros de I+D, capital humano técnico, políticas de incentivo y una demanda creciente de soluciones digitales y sostenibles consolidan a Brasil como plataforma estratégica para invertir, innovar y escalar en la región.

Podemos observar que el país ofrece un entorno competitivo donde se encuentran la industria, tecnología, innovación y mercado, creando un escenario atractivo para proyectos orientados al desarrollo tecnológico, manufactura inteligente, servicios globales y la economía del conocimiento. Representa, hoy, uno de los destinos más sólidos y diversificados para la inversión productiva y de alto valor agregado en América Latina.

Incentivos fiscales, zonas económicas especiales y políticas de atracción en Brasil

Brasil ha construido uno de los marcos más fuertes y estratégicos de la región para atraer inversión, combinando incentivos fiscales, zonas económicas especiales y políticas orientadas al desarrollo tecnológico, industrial y exportador. Estas herramientas no solo reducen los costos de instalación y operación, sino que también ofrecen previsibilidad, estimulan la innovación y permiten a las empresas escalar regional y globalmente desde una base competitiva.

Uno de los pilares institucionales más emblemáticos es la Zona Franca de Manaus, recientemente extendida hasta 2074, lo que garantiza estabilidad jurídica por más de cinco décadas. Este régimen ofrece exenciones en impuestos federales como el Imposto sobre Productos Industrializados (IPI) y el Impuesto de Importación, así como incentivos estatales y municipales, lo que la convierte en un hub estratégico para manufactura, ensamblaje, electrónica, automoción ligera y tecnologías de la información. Además, la exigencia de procesos productivos básicos y la inversión obligatoria en innovación ha generado una red de centros tecnológicos y laboratorios vinculados al sector privado.

Brasil también impulsa la atracción de capital mediante leyes de fomento a la innovación como la Lei do Bem y la Lei de Informática, que otorgan deducciones fiscales, créditos tributarios y beneficios especiales para empresas que invierten en investigación, desarrollo, automatización y contenido tecnológico local. El año pasado estos mecanismos movilizaron más de US$ 262.500.000 millones en proyectos de I+D en sectores como TIC, biotecnología, manufactura avanzada y soluciones digitales, fortaleciendo el ecosistema industrial y científico del país.

En línea con las nuevas tendencias globales, la nación ha incorporado regímenes específicos como REDATA, dirigido a centros de datos y servicios de infraestructura digital, ofreciendo suspensión de impuestos a la importación de tecnología y equipos, facilitando la instalación de hubs tecnológicos y operaciones globales de TI, cloud computing, fintech y servicios digitales de exportación.

Adicionalmente, el Programa de Parcerias de Investimentos (PPI) permite la participación privada, nacional y extranjera en proyectos de infraestructura, energía, logística, saneamiento y telecomunicaciones bajo esquemas de alianzas público-privadas, consolidando oportunidades de inversión de mediano y largo plazo en sectores estratégicos.

Para inversionistas, este conjunto de incentivos representa una ventaja estructural: Brasil a demás de ser un mercado masivo, también es un país diseñado para promover la producción local, la exportación, la innovación tecnológica y la instalación de industrias con visión global. La combinación de incentivos fiscales, capital humano calificado, demanda interna y apertura a proyectos de infraestructura y tecnología convierte a Brasil en una plataforma estratégica para empresas que buscan escala, eficiencia, sostenibilidad y proyección internacional.

Ubicación estratégica e integración regional

Brasil ocupa una posición geoeconómica privilegiada en el continente, actuando como puerta de entrada a los mercados del Mercosur y como plataforma estratégica hacia América Latina, Europa y Asia. Su membresía en el Mercosur, junto con Argentina, Uruguay y Paraguay, le otorga acceso preferencial a un mercado ampliado de más de 295 millones de consumidores y un PIB conjunto que supera los US$2,7 billones, lo que lo convierte en uno de los bloques económicos más relevantes del hemisferio sur. Esta integración permite a los inversionistas combinar producción local orientada al amplio mercado interno, uno de los mayores del mundo, con la exportación regional bajo condiciones arancelarias favorables.

Además, Brasil mantiene acuerdos comerciales con la Unión Europea, EFTA (Suiza, Noruega, Islandia, Liechtenstein), Canadá, Emiratos Árabes Unidos, entre otros, y se encuentra negociando tratados con India, Indonesia, Corea del Sur y Vietnam, lo que amplía su proyección internacional y su conectividad con cadenas globales de valor. Desde una perspectiva logística y comercial, Brasil ofrece acceso a más de 40 zonas portuarias de escala internacional, incluyendo Santos, Paranaguá, Itapoá y Río Grande, facilitando el tránsito de mercancías hacia los principales corredores del Atlántico y del Pacífico.

Esta red de acuerdos y su ubicación estratégica permiten que Brasil funcione como hub regional de manufactura, servicios, innovación y comercio exterior, atrayendo a empresas que buscan instalar operaciones productivas, centros de distribución, servicios compartidos o plataformas de exportación. Sumado a su infraestructura industrial consolidada, la posibilidad de aprovechar incentivos locales y el acceso preferencial a mercados estratégicos, Brasil se consolida como un destino clave para inversionistas globales que buscan expandirse en América Latina con visión regional y escala global.

Ecosistema de infraestructura y logística en modernización

Brasil se encuentra en pleno proceso de modernización logística y desarrollo de infraestructura estratégica, consolidándose como un polo atractivo para inversiones en transporte, energía y movilidad sostenible. El país cuenta con uno de los sistemas logísticos más extensos y diversificados de América, con más de 175 puertos públicos y privados, 65 aeropuertos administrados, una red de 1,7 millones de kilómetros de carreteras y 30.000 km de vías férreas, lo que le otorga una estructura robusta para el comercio interno y externo. Dentro de esta red, destacan puertos clave para el comercio internacional como Santos (el mayor de América Latina), Paranaguá, Itapoá, Rio Grande y Suape, que conectan directamente con mercados de Europa, Asia, Norteamérica y Medio Oriente.

En los últimos años, Brasil ha impulsado el Programa de Parcerias de Investimentos (PPI), uno de los mayores programas de concesiones e infraestructura de la región, que moviliza capital privado para la gestión, expansión y modernización de puertos, carreteras, aeropuertos, ferrocarriles, energía, telecomunicaciones e infraestructura social. Este mecanismo ha generado oportunidades significativas para inversionistas en sectores como logística integrada, transporte multimodal, energías limpias, terminales portuarias inteligentes y corredores ferroviarios de exportación, especialmente vinculados al agronegocio, minería, industria y comercio exterior.

Destacan proyectos como el Ferrocarril Norte-Sur, la Ferrogrão y la expansión del corredor bioceánico, que buscan conectar las principales zonas productivas del interior del país con puertos marítimos, impulsando la competitividad logística, reduciendo costos de transporte y facilitando el acceso a mercados globales. Asimismo, Brasil está apostando por infraestructura sostenible, digitalización del transporte, sistemas inteligentes de movilidad y soluciones logísticas sostenibles, alineadas con los criterios ESG y los objetivos de transición verde.

Este entorno ofrece un terreno fértil para inversionistas interesados en PPP, concesiones, infraestructura resiliente, hubs logísticos regionales, transporte ferroviario de carga y soluciones de movilidad inteligente, posicionando a Brasil como un actor estratégico en la transformación logística del continente y en el fortalecimiento de las cadenas globales de suministro.

Principales impuestos

A continuación podrá encontrar algunos de los principales impuestos de Brasil, si desea conocer al detalle la información tributaria del país puede descargar nuestra App Global Taxes. 

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15%

Impuesto sobre Sociedades (IRPJ)

9%

Contribución Social al Beneficio Neto (“CSLL”)

10%

Impuestos sobre ganancias de capital y dividendos

3,86%

Impuestos de sucesiones y donaciones

17% al 20%

Impuesto estatal sobre circulación de bienes y ciertos servicios (ICMS)

20%

Impuestos sobre el empleo

7,5% al 27,5%

Impuestos personales

30%

Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI)

3,65% al 7,6%

Impuestos PIS / COFINS

Sectores de interés y oportunidades de mercado

Estos son los sectores que ofrecen más oportunidades de inversión en el país y que cuentan con el respaldo del gobierno para su desarrollo. 

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Agricultura, agroindustria y tecnología agrícola: uno de los pilares más atractivos

Brasil se ha posicionado como una de las potencias agroalimentarias más relevantes del mundo, combinando escala productiva, capacidad exportadora y sofisticación tecnológica. Su ecosistema agrícola representa cerca del 25% del PIB nacional, más del 47% de las exportaciones brasileñas y emplea a más de 19 millones de trabajadores, consolidándolo como uno de los sectores estratégicos más rentables y dinámicos del país.

El país lidera la producción y exportación mundial de soja, maíz, café, azúcar, carne bovina, avícola, algodón y jugo de naranja, con una alta demanda internacional proveniente de China, la Unión Europea, EE. UU., Emiratos Árabes Unidos, Japón y Corea del Sur. Este posicionamiento convierte a Brasil en un proveedor clave para la seguridad alimentaria global y un destino altamente atractivo para inversionistas interesados en producción, transformación, logística, biotecnología y financiamiento agrícola.

Pero Brasil va más allá del modelo tradicional de commodities: está fortaleciendo su agroindustria de valor agregado, la economía circular, los bioproductos, los bioinsumos, el etanol de segunda generación, los biocombustibles, la tecnología agrícola (AgTech) y la agricultura digital (smart farming). Este avance ha impulsado el surgimiento de más de 1.700 startups AgTech, concentradas principalmente en São Paulo, Paraná, Minas Gerais, Goiás y Mato Grosso, creando una robusta red de innovación agrícola. Entre las principales oportunidades de segocio que ofrece el sector están:

  • Producción agrícola
  • Agroindustria de valor agregado
  • Tecnología agrícola (AgTech)
  • Logística agroexportadora
  • Bioenergía y biocombustibles
  • Bioproductos y bioeconomía
  • Finanzas y seguros agrícolas (Fintech & Insurtech)
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Tecnología, innovación y servicios digitales, nuevo motor económico

Brasil se ha consolidado como uno de los principales polos tecnológicos y digitales de América Latina. Impulsado por un mercado interno masivo, una rápida digitalización de empresas y consumidores, y una creciente disponibilidad de capital de riesgo, el país ha desarrollado un ecosistema tecnológico vibrante, capaz de atraer inversión nacional e internacional. Sectores como fintech, healthtech, edtech, e-commerce, inteligencia artificial, servicios en la nube, software corporativo, BPO y plataformas digitales experimentan una expansión acelerada, posicionando al país como un hub regional de innovación y servicios tecnológicos exportables.

El país alberga el mayor ecosistema de startups de América Latina, con más de 13.000 emprendimientos registrados, y es el cuarto país de América con mayor número de unicornios, después de Estados Unidos, Canadá y México. Ciudades como São Paulo, Campinas, Belo Horizonte, Florianópolis, Porto Alegre y Curitiba se han consolidado como clústeres de innovación, con universidades, centros tecnológicos, parques de investigación, incubadoras y laboratorios corporativos conectados a cadenas globales de conocimiento.

La industria fintech es especialmente relevante: Brasil concentra cerca del 40% de todas las fintech de América Latina, gracias a un entorno financiero sofisticado, elevada adopción digital, y políticas que favorecen la competencia e innovación (como el Open Finance, Pix y el sandbox regulatorio del Banco Central). Este entorno ha impulsado modelos escalables en pagos digitales, crédito, seguros, blockchain, banca digital y remesas internacionales.

En paralelo, crece la demanda de servicios digitales corporativos, outsourcing de TI, soluciones en la nube, data centers, inteligencia artificial, gobernanza de datos, ciberseguridad y transformación digital. Multinacionales y proveedores globales de tecnología instalan en Brasil centros de desarrollo, operaciones regionales y hubs de servicios, aprovechando la combinación de talento especializado, incentivos a la innovación (como la Lei do Bem y la Lei de Informática), y acceso a mercados corporativos en toda América Latina.

El país también se perfila como un centro regional para economía del conocimiento y servicios globales (Knowledge Process Outsourcing – KPO), impulsado por su escala, conectividad, infraestructura tecnológica en desarrollo y creciente oferta de profesionales en ingeniería, data science, software, ciberseguridad y analítica avanzada. Entre las principales oportunidades de inversión que ofrece el sector están:

  • Fintech, Open Finance y servicios financieros digitales
  • Software, nube, BPO y servicios digitales corporativos
  • Tecnologías para agro (AgriTech & FoodTech)
  • HealthTech, telemedicina y digitalización del sistema de salud
  • Inteligencia Artificial, Big Data y Deep Tech
  • E-commerce, logística digital y plataformas B2B
  • EdTech y digitalización del aprendizaje
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Potencia energética sostenible y epicentro de inversión verde

Brasil se ha consolidado como una de las principales potencias energéticas sostenibles del mundo, combinando abundantes recursos naturales, liderazgo tecnológico y un marco regulatorio favorable a la inversión. Con una matriz eléctrica compuesta en un 88% por fuentes renovables, según el Ministerio de Minas y Energía (2024), el país supera ampliamente el promedio global del 29% del International Energy Agency (IEA) y se posiciona como referente internacional en hidroelectricidad, energía eólica, solar, biomasa y bioenergía.

Este desempeño energético pone al país en el centro de la transición energética global y lo convierte en un destino estratégico para fondos de inversión sostenible, proyectos de infraestructura limpia y desarrollos tecnológicos con enfoque ESG. El país es líder mundial en bioetanol y segundo productor de biodiésel, canalizando su fortaleza agrícola hacia la producción de biocombustibles de nueva generación, combustibles sostenibles de aviación (SAF), biogás y biomasa. A través del programa RenovaBio, Brasil ha creado un mercado robusto de créditos de carbono (CBIOs) que impulsa la expansión de la bioeconomía y la descarbonización del transporte y la industria.

El avance de la energía solar y eólica también ha sido exponencial. Entre 2022 y 2024, la capacidad fotovoltaica creció un 78%, alcanzando los 41 GW según la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (ABSOLAR), mientras que la generación eólica supera los 34 GW, ubicando a Brasil entre los 10 mayores productores del mundo de acuerdo con el dato de Agencia Nacional de Energía Eléctrica de Brasil (ANEEL). Además, con un potencial estimado de 700 GW en energía eólica offshore, equivalente a más de 50 veces la capacidad de la central de Itaipú (EPE), el país se prepara para convertirse en líder regional en generación costera y exportación de energía limpia.

El hidrógeno verde emerge como una nueva frontera energética. El Plan Nacional del Hidrógeno proyecta que Brasil podría producir hasta 1,8 millones de toneladas anuales para 2030, apalancado en fuentes renovables competitivas, alianzas internacionales y clusters energéticos en puertos estratégicos como Pecém y Suape. Este sector abre oportunidades para inversiones en electrolizadores, almacenamiento, exportación y fabricación de combustibles sintéticos o fertilizantes verdes.

Para inversionistas, Brasil ofrece una ventana estratégica única, gracias a su combinación de alta seguridad energética, incentivos fiscales, recursos naturales, demanda interna creciente y acceso preferencial a mercados internacionales. El país alberga uno de los sistemas más consolidados de concesiones y alianzas público-privadas (PPP) para el desarrollo de infraestructura energética, además de ser el principal receptor de financiamiento verde en América Latina, concentrando el 46 % de las inversiones regionales en energía limpia (BID, 2024). Entre las principales oportunidades de negocio del sector de energías renovables, bioenergía y transición energética están:

  • Hidrógeno verde y combustibles sostenibles (SAF, e-ammonia, e-metanol)
  • Expansión de energía solar y eólica onshore y offshore
  • Bioenergía, biocombustibles y economía circular (bioetanol, biogás, biodiésel)
  • Infraestructura energética y redes inteligentes (smart grids)
  • Movilidad eléctrica y electrificación del transporte
  • Digitalización energética y tecnologías limpias (cleantech / energytech)
  • Finanzas sostenibles y mercado de créditos verdes
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Infraestructura, logística y construcción sostenible

El país cuenta con su vasto territorio de más de 8,5 millones de km² y una población superior a 212 millones de personas, enfrenta desafíos constantes en infraestructura, transporte y logística que requieren inversión sostenida. El tamaño de su mercado interno y el volumen creciente de producción y exportaciones hacen que los sectores de transporte, logística, construcción e integración urbana sean estratégicos para el desarrollo económico y la competitividad regional.

El país cuenta con puertos estratégicos como Santos, Paranaguá, Rio Grande, Itapoá y Suape, que manejan millones de toneladas de carga anualmente, y con redes de ferrocarriles y carreteras en constante expansión y modernización. Programas gubernamentales como el Programa de Parcerias de Investimentos (PPI) promueven concesiones públicas en carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y energía, creando oportunidades para proyectos públicos-privados (PPP) y asociaciones estratégicas con capital privado.

El sector de infraestructura verde y construcción sostenible cobra relevancia, en línea con la agenda de sostenibilidad y transición energética del país. Proyectos de logística eficiente, transporte multimodal, eficiencia energética en edificaciones, soluciones de almacenamiento y distribución inteligentes, y modernización urbana son cada vez más demandados, especialmente en ciudades con fuerte crecimiento y corredores logísticos estratégicos. Entre las principales oportunidades de inversión que ofrece el sector están:

  • Construcción de carreteras, ferrocarriles y puertos con criterios de eficiencia y sostenibilidad.
  • Desarrollo de proyectos de transporte multimodal, incluyendo hubs logísticos, terminales de carga y distribución.
  • Edificaciones y urbanismo sostenibles, incluyendo infraestructura verde, eficiencia energética y smart cities.
  • Servicios de logística integrada, almacenamiento, cadena de suministro y distribución para sectores industriales y exportadores.
  • Participación en asociaciones público-privadas (PPP) y concesiones para modernización de infraestructura crítica.
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Industria manufacturera avanzada y automotriz, plataforma industrial regional

Brasil se posiciona como uno de los polos industriales más relevantes del hemisferio sur, gracias a una base manufacturera diversificada que abarca sectores como automotriz, maquinaria y bienes de capital, química, metalmecánica, farmacéutica, agroindustria, alimentos procesados y manufactura avanzada. Este entramado productivo no solo abastece su gran mercado interno, sino que también impulsa exportaciones y participa activamente en cadenas globales de valor.

El sector manufacturero representa cerca del 20% del PIB ampliado, y concentra más del 60% de la inversión privada en innovación, principalmente en vehículos eléctricos, automatización industrial, bioproductos, robótica y tecnologías de la industria 4.0. Grandes grupos internacionales —especialmente de Estados Unidos, Alemania, Japón, China y Corea del Sur— han anunciado inversiones para modernizar plantas, incorporar tecnología de punta y producir vehículos eléctricos, autopartes avanzadas y soluciones industriales sostenibles.

La industria automotriz brasileña, una de las más grandes de América Latina, atraviesa un proceso de transformación hacia la electromovilidad, la integración digital y la eficiencia energética. Programas gubernamentales como “Rota 2030” impulsan la innovación, el contenido local y la adopción de tecnologías limpias, atrayendo inversiones en autopartes, baterías eléctricas, software automotriz y conectividad vehicular.

Además, la tendencia hacia el nearshoring, la sustitución de importaciones y la regionalización de cadenas industriales está generando oportunidades para la instalación de nuevas líneas productivas, centros de ensamblaje, proveedores de maquinaria pesada y componentes industriales especializados. Entre las principales oportunidades de inversión que ofrece el sector están:

  • Manufactura avanzada, automatización, Industria 4.0 y robótica.
  • Producción de vehículos eléctricos, híbridos, autopartes inteligentes, baterías y soluciones de movilidad conectada.
  • Fabricación de maquinaria agrícola, bienes de capital, equipos energéticos y maquinaria industrial para agroindustria, construcción y energías renovables.
  • Desarrollo de química verde, materiales avanzados, bioproductos y manufactura sostenible.
  • Proyectos industriales con enfoque exportador, integrados a cadenas de valor del MERCOSUR, Estados Unidos, Unión Europea y Asia.
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Infraestructura, logística y construcción sostenible: oportunidades estratégicas para inversión

El país cuenta con su vasto territorio de más de 8,5 millones de km² y una población superior a 212 millones de personas, enfrenta desafíos constantes en infraestructura, transporte y logística que requieren inversión sostenida. El tamaño de su mercado interno y el volumen creciente de producción y exportaciones hacen que los sectores de transporte, logística, construcción e integración urbana sean estratégicos para el desarrollo económico y la competitividad regional.

El país cuenta con puertos estratégicos como Santos, Paranaguá, Rio Grande, Itapoá y Suape, que manejan millones de toneladas de carga anualmente, y con redes de ferrocarriles y carreteras en constante expansión y modernización. Programas gubernamentales como el Programa de Parcerias de Investimentos (PPI) promueven concesiones públicas en carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y energía, creando oportunidades para proyectos públicos-privados (PPP) y asociaciones estratégicas con capital privado.

El sector de infraestructura verde y construcción sostenible cobra relevancia, en línea con la agenda de sostenibilidad y transición energética del país. Proyectos de logística eficiente, transporte multimodal, eficiencia energética en edificaciones, soluciones de almacenamiento y distribución inteligentes, y modernización urbana son cada vez más demandados, especialmente en ciudades con fuerte crecimiento y corredores logísticos estratégicos. Entre las principales oportunidades de inversión que ofrece el sector están:

  • Construcción de carreteras, ferrocarriles y puertos con criterios de eficiencia y sostenibilidad.
  • Desarrollo de proyectos de transporte multimodal, incluyendo hubs logísticos, terminales de carga y distribución.
  • Edificaciones y urbanismo sostenibles, incluyendo infraestructura verde, eficiencia energética y smart cities.
  • Servicios de logística integrada, almacenamiento, cadena de suministro y distribución para sectores industriales y exportadores.
  • Participación en asociaciones público-privadas (PPP) y concesiones para modernización de infraestructura crítica.
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Industria minera, un pilar estratégico con oportunidades en expansión

Brasil mantiene en 2025 una de las industrias mineras más sólidas y competitivas del mundo, sustentada en su vasta riqueza geológica, liderazgo en producción de minerales clave y una demanda internacional que continúa creciendo. Su posición como actor global en mineral de hierro, líder absoluto en la producción de niobio y proveedor relevante de bauxita, oro, cobre, manganeso y otros minerales estratégicos, consolida al país como un destino preferente para la inversión minera a gran escala.

La transformación del sector inició en la década de 1990 con la apertura a capital extranjero y la privatización de la antigua Companhia Vale do Rio Doce, hoy VALE y sentó las bases de un sector moderno, altamente competitivo y con operadores privados que lideran la producción mundial. En la actualidad, miles de concesiones activas, proyectos medianos y grandes, y un ecosistema descentralizado han ampliado el mercado mucho más allá del dominio histórico de Vale, propiciando un entorno dinámico y diversificado.

Entre el 2023 y el 2024, la minería brasileña generó cerca de USD 49.700 millones en ingresos, donde el hierro representando casi el 60% del total del sector. La empresa Vale proyecta para 2025 una producción llegue a los 335 millones de toneladas, cifra que mantiene a Brasil entre los principales abastecedores globales del acero y la manufactura pesada.

El país también es responsable de cerca del 90% de la producción mundial de niobio, insumo crítico para aleaciones de alto rendimiento, tecnologías avanzadas, semiconductores y aplicaciones energéticas. Esta ventaja estructural convierte al país en un punto clave de la cadena global de minerales estratégicos.

Al mismo tiempo, las exportaciones de cobre, oro, bauxita y minerales industriales mantienen ritmos de crecimiento sostenido, mientras nuevos proyectos se orientan a atender la demanda global de minerales para transición energética, como litio, tierras raras y metales base. El país avanza en el mapeo, certificación y desarrollo de reservas de:

  • Litio y metales para baterías
  • Tierras raras
  • Cobre y metales base
  • Elementos para tecnologías renovables e industria electrónica

Nuestros asesores en Brasil

Brasil - Angelico Advogados

Angélico Advogados

Es un despacho legal brasileño especializado en el asesoramiento de clientes extranjeros que desean invertir y hacer negocios en Brasil. Aunque la firma focaliza sus servicios a clientes no brasileños, también es reconocida en otras áreas de práctica, incluyendo derecho corporativo, derecho tributario, derecho familiar, derecho laboral y litigios.