Los escenarios críticos como los que se viven en el mundo actualmente son un campo de entrenamiento idóneo para desarrollar un liderazgo efectivo y seguro, indispensable para la supervivencia de las empresas. Un buen líder es aquel que es capaz de encontrar el sentido de su aporte y acompañar a su equipo para conseguir los objetivos establecidos.
De esta manera, un buen guía debe tener claro su propósito y ser disciplinado; para lograrlo debe tener claro estos cinco conceptos:
- Demostrar calma. Las actitudes en tiempos de crisis pueden ser transmitidas, esfuércese por proyectar confianza y serenidad para que otros lo imiten; que su postura, vocabulario y acciones sean las de un líder tranquilo y así evitara pánico en su equipo, el cual podría conllevar a errores no forzados.
- Escuche las preocupaciones de su equipo. Atienda las inquietudes o los problemas de su equipo de trabajo, para saber qué es lo que están sintiendo, pues las personas necesitan ser escuchada y validadas.
- Repita las preocupaciones. Este concepto es difícil para muchos líderes, pues una de las razones de estar donde están, es el no apegarse a la sabiduría convencional, ellos son atraídos hacia el riesgo en vez de evitarlo; su primer instinto cuando escuchan la preocupación de un miembro del equipo es descártala de primera mano y calmarlos; sin embargo, antes de transmitirles el por qué no hay problema, es necesario hacerles saber que usted entiende por qué están preocupados. A veces lo más simple es devolverles la pregunta parafraseando de esta manera, “entonces, si entiendo bien lo que dices, tu preocupación es que …, ¿cierto? Lo cual muchas veces es suficiente para el propósito.
- Comunicarse honesta y auténticamente. Una vez que haya verificado su estado mental y emocional, seleccionado los mensajes correctos, escuchado y comprendido a los miembros del equipo, es hora de comunicarse. La mayoría de la gente quiere escuchar la realidad de una manera veraz que genere confianza. No trate de disfrazar la realidad, sea honesto, por ejemplo, puede comenzar con esto: "Entiendo que tiene miedo. No sabemos exactamente qué nos depararán los próximos meses. Lo que sí sé es que estamos en una buena posición para enfrentar la tormenta, si somos creativos y nos mantenemos enfocados. Haremos nuestro mejor esfuerzo y personalmente estaré disponible para escuchar sus inquietudes y considerarlas”.
Recuerde que a medida que las cosas cambian, debe seguir comunicándose abiertamente para evitar que las personas se hagan ideas equivocadas de la situación.
- No evite decisiones difíciles, pero tómelas con compasión. Un buen líder en algún momento tiene que tomar decisiones desgarradoras, por eso acepte que hay muchas ocasiones en las que no tiene más opciones. En esos casos, tiene la obligación con su gente y su negocio de ser decisivo pero compasivo. Dejar ir a un empleado con integridad, respetando su dignidad y con compasión estrecha los lazos, no sólo con los que se van, sino con los que se quedan.
Aunque un gerente, director o jefe de equipo no se hayan propuesto liderar una empresa en medio de tiempos críticos, es una buena etapa de aprendizaje para encontrar, por ejemplo, en cada uno de los integrantes de su equipo de trabajo, habilidades y capacidades particulares que pueden enriquecerlo profesionalmente y ayudarlo a conformar un grupo de colaboradores, que participan activamente en el cumplimiento de los objetivos para lograr mantener la compañía a flote.
Fuente: Inc – How Real Leaders Step Up to the Plate During a Crisis