Capital humano
Chile se distingue por contar con uno de los mercados laborales más calificados y competitivos de América Latina, respaldado por una sólida base educativa, altos estándares de formación técnica y universitaria, y un marco laboral relativamente estable. Esta combinación lo convierte en un destino atractivo para empresas que buscan talento especializado y operaciones con alto valor agregado.
Según el Índice Global de Talento (INSEAD, 2024), Chile ocupa el primer puesto en América Latina y el 36 a nivel mundial en desarrollo de capital humano, destacando en variables como la educación superior, la empleabilidad y la movilidad internacional. Además, el país ha logrado mantener una tasa de alfabetización superior al 96 % y una cobertura universitaria que supera el 55 % entre los jóvenes de 18 a 24 años, según el Ministerio de Educación de Chile.
La red de universidades públicas y privadas como la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad Técnica Federico Santa María, ocupan posiciones destacadas en los rankings regionales por su calidad académica y su vinculación con la investigación científica y tecnológica. En paralelo, el país ha impulsado programas de formación técnica dual orientados a sectores estratégicos como energía, minería, agroindustria y tecnologías de la información.
En el ámbito de la innovación, Chile ha consolidado un ecosistema emprendedor líder en la región. El programa público Start-Up Chile, pionero en América Latina, ha atraído a más de 2.000 startups internacionales desde su creación, convirtiendo a Santiago en un hub tecnológico y de emprendimiento global. Este entorno fomenta la colaboración entre universidades, centros tecnológicos y empresas, facilitando la transferencia de conocimiento y el desarrollo de talento digital.
En términos de competitividad laboral, los costos de contratación se mantienen en niveles moderados respecto a economías desarrolladas, aunque superiores a los de algunos países vecinos. Sin embargo, esta diferencia se compensa con mayor productividad, estabilidad institucional y menor rotación de personal, factores clave para la sostenibilidad operativa de las inversiones.
Chile también muestra avances en materia de igualdad de género y participación femenina en el mercado laboral, que alcanza el 52 %, y en la promoción de políticas de conciliación trabajo-vida personal, lo que contribuye a un entorno laboral moderno y competitivo de acuerdo con el Banco Mundial.
El dominio de idiomas extranjeros es creciente, especialmente el inglés, debido a la orientación exportadora del país y a la presencia de empresas multinacionales. De acuerdo con el English Proficiency Index (EF, 2024), done Chile ocupa el tercer lugar en América Latina en competencia lingüística, lo que facilita la integración con equipos internacionales y cadenas de suministro globales.
En conjunto, el capital humano chileno representa una ventaja estratégica para los inversionistas que buscan establecer operaciones con talento técnico, digital y profesional altamente formado, en un entorno laboral estable, con reglas claras y una cultura de innovación en expansión.
Infraestructura y logística
Chile posee una infraestructura logística y de transporte avanzada en el contexto latinoamericano, basada en su política de apertura comercial, la calidad de su red portuaria y una creciente digitalización de los procesos aduaneros y de transporte. Esta base le permite actuar como hub estratégico del Cono Sur para el comercio con Asia-Pacífico, Norteamérica y Europa.
El país cuenta con más de 5.000 km de costa sobre el océano Pacífico y 31 puertos operativos, de los cuales 10 tienen capacidad para tráfico internacional, destacando los de Valparaíso, San Antonio, Antofagasta y Mejillones. Estos puertos manejan aproximadamente el 90 % del comercio exterior chileno y son reconocidos por su eficiencia operativa. De acuerdo con el Banco Mundial (2024), Chile ocupa el segundo lugar en América Latina en desempeño logístico, con mejoras notables en trazabilidad, infraestructura portuaria y tiempos de despacho aduanero.
La red vial chilena suma más de 80.000 km, de los cuales más de 2.500 km corresponden a autopistas concesionadas, garantizando altos estándares de mantenimiento y conectividad entre los polos productivos y los puertos marítimos. La Ruta 5 Panamericana, eje troncal que recorre el país de norte a sur, permite una movilidad fluida de mercancías a lo largo de más de 3.000 km. Asimismo, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) impulsa el Plan Nacional de Infraestructura 2023–2032, que prevé inversiones por más de US$30.000 millones en carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, sistemas hídricos y proyectos logísticos de última milla.
En transporte aéreo, Chile dispone de 16 aeropuertos internacionales y regionales, con el Aeropuerto Arturo Merino Benítez (Santiago) como principal puerta de entrada al país. Este aeropuerto, modernizado en 2023, tiene capacidad para 38 millones de pasajeros anuales y es uno de los más conectados del continente, con vuelos directos a más de 25 destinos internacionales de acuerdo con la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile.
En el ámbito energético, Chile es referente regional en transición hacia energías limpias y descarbonización. Más del 60 % de su matriz eléctrica proviene de fuentes renovables, y el país lidera proyectos de hidrógeno verde y energía solar en el norte, especialmente en el desierto de Atacama, una de las zonas con mayor radiación solar del planeta. El Consejo Mundial de Energía (2024) ubica a Chile entre los 10 países emergentes mejor posicionados para liderar la transición energética global, lo que crea oportunidades de inversión en infraestructura verde y almacenamiento energético.
En cuanto a conectividad digital, Chile encabeza los índices regionales de infraestructura tecnológica y penetración de internet de alta velocidad. Según la CEPAL el país tiene una cobertura de internet fija y móvil superior al 90 % de la población, y es el primer país latinoamericano en desplegar una red 5G nacional (2022–2023). Además, Santiago alberga centros de datos de clase mundial, incluyendo inversiones recientes de Google, Microsoft y Huawei, que refuerzan su posición como nodo digital regional.
Esta combinación de infraestructura portuaria, energética y tecnológica consolida a Chile como un entorno logístico confiable, eficiente y sostenible, preparado para operaciones internacionales, manufactura avanzada y servicios globales. Para el inversionista, estos atributos significan reducción de riesgos operativos, previsibilidad en costos y acceso directo a los principales mercados globales mediante tratados comerciales y redes de transporte integradas.
Entorno legal y fiscal
Chile ofrece un marco jurídico maduro, predecible y favorable a la inversión extranjera, basado en principios de no discriminación, protección de la propiedad privada y libertad para la repatriación de utilidades. La normativa vigente y la práctica administrativa brindan certidumbre a proyectos Greenfield y a operaciones de reestructuración corporativa, lo que convierte al país en una plataforma confiable para operaciones regionales.
De acuerdo con la Ley N° 20.848 (Ley de Promoción de la Inversión Extranjera) y la práctica institucional administrativa se establece un trato equitativo para el capital foráneo, permitiendo mecanismos de remisión de utilidades y acceso a instancias de resolución de controversias. Además, Chile cuenta con una red amplia de acuerdos bilaterales y multilaterales que refuerzan las garantías legales para los inversores internacionales. Estas herramientas además de reducir el riesgo político, también facilitan la estructuración de inversiones bajo estándares internacionales actuales.
Incentivos y programas de promoción de inversión
Chile dispone de instrumentos concretos para facilitar la inversión: créditos fiscales para importación de bienes de capital en proyectos mayores, garantías y líneas de financiamiento a través de Corporación de Fomento de la Producción de Chile (CORFO) y programas y asesoría de InvestChile para proyectos que cumplan determinados umbrales de inversión como, por ejemplo, beneficios para proyectos desde US$5 millones en adelante. Estos incentivos se combinan con una política activa de promoción sectorial especialmente en los sectores de hidrógeno verde, minería sostenible, innovación tecnológica, acuicultura que atrae capital internacional.
Tratados comerciales y acceso a mercados
Chile dispone de una de las redes de acuerdos comerciales más extensas de la región: más de 30 acuerdos que cubren aproximadamente el 88 % del PIB mundial, incluyendo el reciente Acuerdo Interino con la Unión Europea (ITA) y múltiples FTAs con Asia-Pacífico, lo que facilita las cadenas de valor y reduce barreras arancelarias para exportadores e importadores que operen desde Chile. Este entramado comercial es un activo estratégico para empresas que buscan acceso preferente a mercados de alto crecimiento.