Capital humano y competitividad
España se consolida como uno de los países con mayor capital humano y capacidad de atracción de talento en Europa, combinando una fuerza laboral cualificada, una sólida red educativa y un ecosistema de innovación en expansión.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2025), la tasa de desempleo descendió al 10,29% en el segundo trimestre de 2025, su nivel más bajo en más de 15 años, impulsada por la creación neta de más de 500.000 nuevos empleos en sectores de alta productividad. El mercado laboral español muestra así una recuperación sostenida, marcada por la digitalización, la transición verde y la reindustrialización tecnológica.
En materia educativa, más del 50% de los jóvenes de 25 a 34 años posee formación terciaria, mientras que el nivel de educación superior entre adultos entre 25 y 64 años supera la media de la OCDE, destacando especialmente en ingenierías, ciencias de la computación, negocios internacionales y turismo. Esta base de conocimiento se refuerza con la presencia de universidades y centros de investigación de prestigio global, como la Universidad de Barcelona, la Politécnica de Madrid y el IE Business School, que nutren tanto al sector público como a la empresa privada de perfiles altamente especializados.
El país cuenta además con una creciente comunidad internacional de profesionales y nómadas digitales, favorecida por políticas de atracción de talento como la Ley de Startups (2023), que simplifica la residencia y tributación de trabajadores extranjeros en el ámbito tecnológico y de innovación.
La combinación de talento altamente formado, costos laborales competitivos en determinadas regiones y un entorno empresarial moderno convierte a España en un destino óptimo para empresas que buscan equilibrar calidad, especialización y rentabilidad operativa. Los sectores más dinámicos en este sentido son tecnologías de la información, ingeniería avanzada, energías renovables, turismo de alto valor añadido y manufactura con componente tecnológico.
Infraestructura y conectividad: logística y transporte
España se consolida como uno de los principales hubs logísticos del sur de Europa, gracias a su posición geoestratégica entre el Atlántico y el Mediterráneo, su moderna infraestructura de transporte y su integración plena en las redes transeuropeas de movilidad y comercio.
Según Puertos del Estado (2025), los puertos españoles movilizaron cerca de 150 millones de toneladas de mercancías en el último año, de las cuales un 27% correspondió a tránsito internacional. Este desempeño refuerza el papel del país como plataforma logística intercontinental y punto de enlace entre Europa, África y América Latina. Destacan los puertos de Algeciras, Valencia y Barcelona, que figuran entre los más activos del Mediterráneo por volumen de contenedores y eficiencia operativa.
La red portuaria española, integrada por 46 puertos de interés general, dispone de infraestructuras de gran calado y conectividad ferroviaria, facilitando operaciones intermodales que reducen costos y tiempos logísticos. En particular, el Puerto de Algeciras actúa como nodo estratégico entre Europa y el norte de África, mientras que Valencia y Barcelona lideran el comercio marítimo con América y Asia.
En transporte aéreo, España cuenta con más de 30 aeropuertos internacionales, gestionados por AENA, con una capacidad superior a 280 millones de pasajeros anuales. Los aeropuertos de Madrid-Barajas Adolfo Suárez, Barcelona-El Prat y Málaga-Costa del Sol son centros clave para el tráfico intercontinental, conectando directamente con los principales mercados de Europa, América del Norte, Latinoamérica y Asia.
A nivel terrestre, la red de autopistas y autovías supera los 17.000 km, mientras que la infraestructura ferroviaria de alta velocidad (AVE), con más de 4.000 km en operación es la más extensa de Europa, favoreciendo el transporte rápido de personas y mercancías entre los principales polos industriales y logísticos del país.
España también avanza en movilidad sostenible y logística inteligente, mediante la electrificación del transporte, corredores verdes y digitalización portuaria, apoyados por los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y la iniciativa Connecting Europe Facility (CEF).
Infraestructura digital
España avanza con firmeza hacia una economía digital plenamente integrada en los estándares europeos, combinando conectividad de alta velocidad, expansión del 5G y una sólida red de innovación tecnológica.
Según el Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública (2024), la cobertura 5G alcanzó el 92,3 % de la población a mediados de 2024, con una penetración superior al 68,9 % en zonas rurales. Para 2025, se prevé una cobertura nacional cercana al 96 %, consolidando a España entre los líderes europeos en despliegue de redes de nueva generación. En paralelo, la banda ancha fija de muy alta capacidad (FTTP) supera el 99 % de cobertura en regiones como Madrid, y mantiene una expansión constante en todo el territorio peninsular e insular.
El país se posiciona además como hub digital del sur de Europa, con parques tecnológicos, centros de datos y zonas de innovación en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Bilbao. Estas ciudades concentran hubs de empresas TIC, fintech, deep tech y de inteligencia artificial aplicada, impulsadas por programas públicos y fondos europeos como el Plan España Digital 2026 y el NextGenerationEU.
España alberga más de 25 parques científicos y tecnológicos, y una red consolidada de centros de supercomputación, entre ellos el Barcelona Supercomputing Center (BSC), referente europeo en investigación avanzada e IA. Además, el país lidera proyectos de cables submarinos de conectividad transatlántica, reforzando su papel como puente digital entre Europa, América y África.
Esta infraestructura de conectividad, sumada a talento especializado, costes competitivos y políticas de digitalización empresarial, convierte a España en un destino idóneo para inversiones en centros de datos, servicios cloud, innovación tecnológica y operaciones globales de soporte digital.
Entorno legal, protección del inversor y fiscalidad en España
España ofrece un marco de inversión sólido, moderno y predecible, plenamente alineado con los más altos estándares internacionales. Su pertenencia a la Unión Europea (UE), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) refuerza un entorno jurídico estable, con plena libertad de establecimiento, reglas de competencia armonizadas y amplias garantías de protección al inversor.
El sistema jurídico y fiscal español se distingue por su seguridad jurídica, transparencia y coherencia regulatoria, aspectos que lo posicionan entre los más confiables de Europa. Según ICEX España Exportación e Inversiones (2025), el país dispone de 103 convenios de doble imposición firmados, de los cuales 99 están en vigor y 5 en proceso de ratificación (con Bahréin, Montenegro, Namibia, Perú y Siria). Esta red internacional permite reducir la doble tributación y optimizar la planificación fiscal de empresas con operaciones transfronterizas, en especial aquellas que actúan entre América Latina y Europa.
Asimismo, España mantiene acuerdos de intercambio de información fiscal con más de 110 jurisdicciones, consolidando su compromiso con la transparencia, la cooperación internacional y las buenas prácticas tributarias promovidas por la OCDE y la UE.
En materia de inversión extranjera directa (IED), España se posiciona entre los principales receptores europeos. De acuerdo con el EY European Attractiveness Survey 2025, ocupa el cuarto lugar en Europa como destino de inversión, registrando un incremento del 15 % en proyectos de IED respecto al año anterior. Este dinamismo se explica por la estabilidad institucional, la modernización del marco fiscal y la diversificación sectorial hacia áreas de alto valor añadido como energías renovables, biotecnología, servicios empresariales avanzados y tecnología digital.
Al mismo tiempo, el país ha fortalecido los mecanismos de control de inversión extranjera en sectores estratégicos. En virtud del Real Decreto-Ley 1/2025, España extendió hasta 2026 el régimen de revisión previa aplicable a inversores procedentes de la UE y la AELC (EFTA), exigiendo autorización administrativa para operaciones superiores a 500 millones de euros o que involucren empresas cotizadas. Esta medida busca preservar la seguridad nacional y los intereses estratégicos, sin comprometer la apertura estructural del país al capital extranjero.
Acceso a financiamiento y ecosistema financiero: una plataforma sólida para la inversión internacional
España consolida en 2025 su posición como uno de los centros financieros más robustos y diversificados de Europa. Su sistema bancario encabezado por entidades de proyección global como Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, opera dentro del marco regulatorio de la Unión Bancaria Europea, bajo la supervisión directa del Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Esta integración garantiza estabilidad, liquidez y acceso fluido a los mercados de capitales internacionales, factores clave para inversionistas corporativos e institucionales.
Las empresas que operan en el país disponen de líneas de crédito competitivas y flexibles, tanto a nivel nacional como europeo, junto con programas específicos de financiación a largo plazo orientados a infraestructura sostenible, digitalización y transición energética. El acceso al capital está respaldado por instrumentos públicos de gran alcance, como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), la Empresa Nacional de Innovación (ENISA) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que cofinancian proyectos con alto impacto en innovación, empleo y sostenibilidad.
Diversificación del capital: inversión privada y capital riesgo
El ecosistema español de private equity y venture capital atraviesa una etapa de madurez y expansión. Según la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (ASCRI), la inversión superó los US$8.640 millones, provenientes de sectores estratégicos como tecnología, biotecnología, energías renovables y movilidad eléctrica. En 2025, el dinamismo continúa impulsado por fondos internacionales que ven en España una plataforma ideal para escalar proyectos hacia Europa y América Latina.
Impulso europeo: fondos y programas de apoyo
España cuenta con una asignación de US$176.040 millones procedentes del programa NextGeneration EU (2021–2027), destinados a financiar proyectos vinculados con la transición verde, la digitalización y la ciencia aplicada. Estos recursos se complementan con mecanismos de garantía y coinversión del BEI, del ICO y de agencias regionales de desarrollo, que facilitan la entrada de capital extranjero en condiciones altamente competitivas.
Infraestructura de transporte moderna: pilar estratégico para la competitividad española
España mantiene una red de transporte que combina escala, integración europea y modernización tecnológica, lo que la posiciona como un hub de logística e inversión en Europa. según datos del European Road Federation para 2025, la última estadística disponible indica que la red de autopistas y autovías del país supera los 15.886 km.
Esta cifra evidencia un sistema vial de gran tamaño que España sigue actualizando con proyectos inteligentes, por ejemplo, la transformación de tramos en autopistas “smart” mediante inteligencia artificial y límites variables de velocidad.
En el ámbito ferroviario de alta velocidad, España cuenta con una de las redes más avanzadas del mundo: alrededor de 3.762 km de líneas de alta velocidad operativas hasta 2025. Esto permite conectar decenas de ciudades con servicio de velocidad elevada, contribuir a la integración europea (como el proyecto de enlace Madrid–Lisboa aprobado por la Comisión Europea en octubre 2025).
En cuanto al transporte portuario, se ha aprobado recientemente un plan de inversión estatal por 1 600 millones de euros para infraestructuras portuarias, accesos terrestres y ferroviarios que se implementarán hasta 2026.
Esto refuerza la apuesta logística de España para mejorar su competitividad en el comercio internacional.